La Gestión de la Innovación



Hay que tener claro lo que se entiende por innovación (Manual de Oslo 2018) que implica a todas las funciones de la empresa y que puede ser de proceso, de producto y tecnológica (aplicación industrial del conocimiento científico). La empresa que no innove caerá en la guerra de precios y está destinada a desaparecer.



Factores clave para la innovación.

  • ·         Orientación al mercado.
  • ·         Coordinación con los objetivos de la empresa.
  • ·         Gestión eficaz de los proyectos.
  • ·         Disponer de  fuentes de ideas creativas.
  • ·         Una organización receptiva a la innovación.
  • ·         Compromiso personal de Jefes de Proyecto y Directores de Función.
  • ·         Un Patrocinador en el Comité de Dirección de la Empresa.

Puntos que requieren atención.

No hay que confundir productos con tecnologías. Cuando se inicia el proceso de innovación se debería disponer de todas las tecnologías que vamos a necesitar. Los centros tecnológicos pueden desempeñar un papel de soporte muy válido.

Tener el producto que quiere el mercado es algo fundamental. La Función Marketing vigilará continuamente si los productos de su empresa son mejores que los que existen en el mercado y decidirá cuándo sustituirlos. Ferias, congresos e informaciones de proveedores y clientes son fuentes imprescindibles para la innovación.

La Dirección General deberá tomar decisiones a lo largo de un proceso que afecta a todas las funciones (el proyecto de innovación). En tiempos de cambios tecnológicos, un directivo no debe menospreciar las tecnologías. Definir la Tasa de Innovación o tanto por ciento de la cifra de negocios de un año obtenida con productos que (p.ej.) tres años antes no existían y el Plan de Productos es parte de la estrategia de la empresa y por tanto responsabilidad de la Dirección General.

Es necesario formar un equipo de proyecto para gestionar el proceso de la innovación, así como disponer de un modelo de gestión formal, eficaz eficiente y adaptable, aunque es de desear que la goma no vaya delante del lápiz. El compromiso personal de todos los implicados y un responsable de todo el proyecto son de importancia crucial. La planificación formal del proceso y un archivo “trasparente” para todos los miembros del equipo con toda la documentación que se va generando a lo largo del proyecto son decisivos. En una PIME el proceso será más simple pero el número y contenido de las tareas no dependen del tamaño de la empresa.

Las herramientas de gestión de procesos como la planificación, la aprobación de primeras, muestras, la concepción funcional, etc. ayudan, sobre todo cuando se convierten en conocimiento y evitan trabajar por prueba y error. Para que un proceso de innovación tenga éxito, se deberán utilizar varias de ellas en las distintas fases del mismo.

El proyecto se inicia cuando el Director general tiene datos formales que le permiten autorizar gastos. Termina cuando empieza el producto o el servicio empiezan a añadir valor o el Director General decide que no tiene sentido continuar trabajando.

Un reto que debe afrontar una empresa que quiera ser innovadora es el de combinar en su estructura las tareas caóticas del “día a día” con las del proceso de gestión de la innovación, que deben seguir una planificación formal. En un proyecto de innovación “urgente” no es una fecha de planificación. A destacar que los tiempos que se planifican para una tarea son de calendario y no de trabajo. Imprescindible evitar el pensamiento mágico.

Pensemos que para innovar debemos crear rupturas con las reglas y tendencias actuales de nuestra actuación. No se trata de hacer más y mejor lo que ya hacemos sino de ser excelentes actuando en forma diferente.

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