La dirección y los procesos de innovación.

 

Sin el compromiso personal en los procesos de innovación del director general y la primera línea de dirección (en adelante directivos) una empresa no puede ser innovadora. La falta de ese compromiso es una disfunción oculta y peligrosa. Si los directivos no se interesan en la innovación, la gestión de ésta será caótica.

Las decisiones equivocadas en elección y uso de tecnologías, en empresas pequeñas pueden ser fatales.

En muchas empresas los directivos no son ingenieros. Más bien abogados, economistas, financieros, personas procedentes de la función marketing, etc. Depende de la tradición de las empresas. Su conocimiento de las tecnologías y el modo de gestionar los procesos para el desarrollo de nuevos productos suele ser limitado. Mientras se interesan e intervienen en el funcionamiento de diversas funciones de la empresa, como marketing o finanzas, proclaman abiertamente su desinterés e incluso desprecio en comprender las tecnologías y el proceso de innovación. En consecuencia el director general suele exigir en los proyectos resultados irrealizables en tiempo, costo e inversión. Un plazo irrealizable no se toma en serio. Demasiado tarde el director general se dará cuenta de que sus exigencias eran imposibles y ya no podrá establecer verdaderos objetivos para el proyecto sin perder la cara. No es raro encontrar una exigencia inicial de tres meses para un proyecto que, cuatro o cinco años después aún no está en el mercado y cuyos costes e inversiones duplican los estimados inicialmente.

La alta dirección y las tecnologías.

Los directivos que minusvaloran las tecnologías son peligrosos para sí mismos y para sus empleados. Pueden tomar decisiones demasiado tarde. 

Las principales razones que contribuyen a la aversión de los directivos a las tecnologías son las siguientes:

·         Es generalmente aceptado que las decisiones tecnológicas deben ser tomadas únicamente por  los técnicos. No es así. La innovación afecta a todas las funciones de la empresa y es muy cara y arriesgada.

·         Se cree que son necesarios muchos años de experiencia para ser competente en una tecnología. Es cierto.

·         La mayoría de los directivos clave que no son ingenieros ni científicos no quieren mejorar su conocimiento de las tecnologías por temor a ser incapaces de llegar a saber lo suficiente.

·         Se suele pensar que los directivos no deben descender a los detalles para evitar perder la perspectiva del conjunto. Y eso es cierto. Y también lo es que las tecnologías forman parte del conjunto.

Un directivo no tiene que llegar a conocer el detalle de las tecnologías que se utilizan o se van a utilizar en los proyectos de innovación. Pero sí debe saber cuáles serán y cuánto costarán, que se conseguirá con su utilización y los recursos y competencias necesarios para implantarlas. También deberá tener una idea de la etapa de madurez en que se encuentran las tecnologías y los cambios que se prevén.

Las decisiones relativas a las tecnologías tienen fuerte influencia en todas las funciones de la empresa y en su estrategia. Los directivos, pueden aprender lo imprescindible sin demasiada dificultad si aplican un enfoque de gestión. Es una más de sus responsabilidades. Así lo hacen con respecto a las competencias de finanzas o marketing, por ejemplo.

El conocimiento que el directivo debe tener de una tecnología es diferente y mucho menos detallado que el de ingenieros y científicos. No es necesario saber cómo está construido un automóvil para decidir su compra. Normalmente una estructura constituida por unos pocos conceptos básicos y una serie de preguntas a los expertos o a los equipos de proyecto les permitirá llegar al conocimiento que necesitan para tomar las decisiones pertinentes en los momentos cruciales.

Los directivos no tienen que pretender ir al detalle y enseñar a los que ya saben. Lo único que necesitan es evitar ser engañados por los expertos, la mayor parte de las veces con la mayor buena fe, debido a la falta de visión de conjunto de éstos.

Un momento u otro deberán tomar decisiones que comprendan aspectos tecnológicos ya que no es lo mismo robots que máquinas especializadas, termoplásticos que termoduros; alto o bajo grado de automatización, un mayor o menor uso de las TIC, el grado de utilización de la I4.0. Para ello deberá conocer las características esenciales de las tecnologías de que se trate, a saber:

·         La competitividad que se consigue con su empleo.

·         El personal requerido en número y competencias. Máquinas, tiempo de cambio de tipo. Materiales. Mantenimiento.

·         La etapa de desarrollo de la tecnología y de posibles tecnologías alternativas.

·         Las certezas que se tienen de los puntos anteriores. Si la tecnología es madura el grado de certeza en cuanto a costes, prestaciones y exigencias será mayor que si necesitamos utilizar tecnologías en las primeras fases de su desarrollo.

·         La influencia de la tecnología en la economía, en el sistema de gestión, en el ciclo de vida de los productos y en la economía circular.

La alta dirección y el proceso de innovación

Si los directivos renuncian al control del proceso de innovación pueden tener muchos problemas con los ingenieros y científicos. Promesas incumplidas, costes inesperados, sorpresas desagradables, inversiones no previstas o no rentables, desconocimiento del mercado, etc.

Es importante que los directivos sepan lo que no es posible conseguir en tiempo, inversión, costo del producto y costo del proceso de innovación, así como conocer en qué debe consistir tal proceso. Sin esos conocimientos no pueden tomar las decisiones que les competen hasta que puede ser demasiado tarde, demasiado caro e incluso fatal para la estrategia e incluso la permanencia de la empresa.

En un momento u otro los directivos deberán intervenir en el proceso de innovación. Mejor que lo supervisen desde el principio y sean capaces de poner objetivos claros en:

·         Estimación inicial del costo inicial y vida útil del nuevo producto.

·         Activo circulante.

·         Economías de escala.

·         Tiempo hasta la recuperación del capital.

·         Valor Actual Neto (VAN).

·         Tasa de rentabilidad.

Acerca de un proceso, un directivo necesita aprender y usar conceptos básicos porque la innovación influye en todas las funciones de la empresa.

Conclusiones.

En estos tiempos de rápidos cambios tecnológicos, un directivo no puede permitirse menospreciar las tecnologías. Las tecnologías deben ser suficientemente conocidas también por quienes, no siendo ingenieros ni científicos, deben tomar decisiones que afectarán a todas las funciones de la empresa y a su estrategia.

Es necesario formar un equipo para los proyectos de desarrollo de productos o proyectos de  innovación, disponer de un modelo de proceso válido y evitar el pensamiento mágico. El compromiso personal es de importancia crucial. Ese equipo debe estar supervisado por la dirección general.

Los objetivos deben estar claros desde el principio y acordados con el equipo de proyecto.

 

 

 

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