Reflexiones sobre el tema “PRECIOS”



Consideraciones.

El precio es el único elemento de Marketing que produce ingresos.

Existen muchos estudios sobre la determinación de los precios. En general los precios son independientes de los costos. Cada empresa debe tener un responsable de determinar los precios. Al final serán los clientes quienes decidirán si la empresa ha establecido el precio correcto.
Otros factores hay que tener en cuenta son,
  • La importancia de la innovación (el ejemplo paradigmático es el teléfono inteligente)
  • Ser la compañía líder.
  • El Valor que aporta la MARCA.
  • La participación de mercado objetivo.
  • Los desastrosos resultados de las guerras de precios. 


El Costo, el Valor, el Beneficio y el Precio.

El Costo

Los costos deben calcularse y optimizarse después de determinados los precios. De los costos y de los procesos para reducirlos existen muchos estudios y muy completos. Es natural ya que se trata de un sistema casi cerrado y en todo caso calculable (no he dicho fácil). Para el estudio de la reducción de costos tenemos varias técnicas, unas “a priori” y otras “a posteriori”. Entre las primeras mencionaré la Ingeniería del Valor, el Diseño para Fabricación y Montaje, la Matriz de Pugh, el Diseño Robusto, la Calidad del Diseño. Entre las segundas, el Análisis del Valor, el “Lean manufacturing”, la Aprobación de Primeras Muestras, el Control Total de la Calidad, el estudio de la Logística.
Siempre hay costos intangibles como los que origina un mal ambiente laboral, unos procesos ineficientes o un personal con insuficiente competencia o problemático.


El Valor.

Este parámetro es mucho más complicado de determinar y gestionar que el costo, puesto que depende del mercado. El Valor se define como la relación Precio/Calidad y hace años la calidad y la fiabilidad eran determinantes. Ahora la calidad o la fiabilidad son determinantes sólo en el caso de que sean deficientes. Como el cliente es muy rencoroso un fallo importante de calidad o fiabilidad hará entrar a la empresa en una crisis difícil de remontar. Hoy día la calidad funcional se da por descontada y lo que cuenta es la imagen de marca, la calidad percibida, las prestaciones, la innovación y el diseño.
Un elemento que aporta mucho Valor a un producto o servicio es la MARCA, sobre todo en productos muy tecnológicos o innovadores, de los cuales el cliente no suele tener suficiente información. El Valor de la marca también está sometido a variaciones. En el año 2000 las más cotizadas eran Coca-Cola y Microsoft; en 2018 Apple y Google (ver figura más abajo)
Hay que tener en cuenta que, en muchos sectores, el comprador y el cliente no son la misma persona ni tienen las mismas necesidades a satisfacer ni dan valor a los mismos parámetros. Es normal que haya dos o tres intermediarios.
Los artículos de lujo constituyen un mundo aparte.




El Beneficio.

Mantenerlo a largo plazo es lo más importante para una empresa. Su cálculo es metódico, una vez se conocen todos los costos y se han determinado los precios. Ambos varían continuamente por lo que los tres parámetros se deben actualizar varias veces al año; normalmente cada trimestre.

El precio.

El Precio es aquella cantidad de dinero que el cliente (no forzosamente es el usuario) está dispuesto a pagar por un bien o servicio. En general es independiente del costo. En España la burbuja inmobiliaria explotó cuando la gente dejó de estar dispuesta a pagar por una vivienda precios absurdos. Determinar precios es más un arte que –como en el caso de los costos- una ciencia. Existen algoritmos para calcular los precios. Sin duda ayudan a construir los mapas de satisfacción de necesidades y los mapas de Valor (Urban & Hauser) pero no he podido averiguar hasta qué punto son eficaces. Los parámetros son muchos y varían constantemente, por ejemplo con la reacción de los competidores. ¿Cuánto está un “usuario” dispuesto a pagar por un gramo de cocaína? ¿De qué parámetros depende? ¿Y el traficante?
Sólo una marca líder puede fijar sus precios. Como la condición de líder se pierde con el tiempo más pronto que tarde todas las empresas entrarán en una destructiva guerra de precios, en la cual todos los competidores acabarán por vender las mismas cantidades a precios más bajos, hasta llegar a niveles incluso inferiores a los que los clientes están dispuestos a pagar. La guerra de precios tiene como consecuencia la reducción desesperada[1] de los costes, que al final puede derivar en una pérdida de calidad y las prestaciones del producto. Cualquier empresa debe prever que, a largo plazo, el precio de sus productos o servicios no podrá superar en un 7% a los más bajos del mercado. De aquí la importancia de la innovación.
Como ejemplo tenemos los precios de los billetes de las líneas aéreas de las cuales una docena quebraron el año 2018 y varias están en dificultades. Quien paga 200€ por un billete probablemente pagaría también 225€. Con la navegación por cruceros ocurre algo parecido.
Ciertamente, aquellas empresas que pongan precios superiores en un 7% al mínimo de mercado pueden ver reducida su cifra de negocios. Un usuario que pague 500€ por un frigorífico “Beko” quizás pague 550€ por un frigorífico “Siemens” pero es difícil que pague más. Hoy día, a diferencia de hace 40 ó 50 años, las normas y disposiciones legales garantizan una calidad y fiabilidad mínimas. Los compradores lo saben o lo intuyen.
Caso aparte es el de los móviles inteligentes. La gente estaba dispuesta a pagar por el último Apple 1000€ cuando otra marca podría satisfacer sus necesidades por menos de 300€. Aquí entra, como en los artículos de lujo, el Valor que la marca añade al usuario entre sus amistades. Ahora ya no es tan así.
La empresa puede competir con éxito cuando su PdM es superior al 10% del mercado o del orden de un tercio del competidor que la tiene más alta (O.Gelinier). Aquí entra en juego el conocimiento de las curvas de la oferta y la demanda para un margen bruto[2] constante.
La peor situación es cuando hay que presentarse a concursos públicos o privados en los que el pedido se lo lleva el mejor postor. La guerra de precios es un dato de partida.

Si el futuro de la empresa depende del resultado de una guerra de precios mi experiencia es que habría que considerar su liquidación o venta.



[1] Si el producto es nuevo, es muy posible que su costo esté optimizado. 
[2] Aquí se entiende por “Márgen Bruto” la diferencia entre la cifra de negocios y los costos directos variables.

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