El procesamiento de los residuos.



Economía circular.

Definicion

“La Economía Circular es una estrategia que tiene por objetivo reducir tanto la entrada de los materiales vírgenes como la producción de desechos, cerrando los «bucles» o flujos económicos y ecológicos de los recursos. Se presenta como una alternativa al actual modelo de producción y consumo, con el potencial de resolver retos medioambientales, al mismo tiempo que abre oportunidades de negocio y crecimiento económico” (Cotec).


En esta entrada hago un resumen de la situación como yo la veo en relación con los residuos y adjunto algunos enlaces de interés.

La Economía Circular, como el movimiento continuo o el nivel de calidad seis sigma, son entelequias que contradicen el segundo principio de la Termodinámica[1]. Sirven para saber la relación entre lo que tenemos y el ideal. Esta relación se suele expresar como Rendimiento.
Los problemas que presenta “el actual modelo de producción y consumo” están relacionados con los residuos, el consumo de energía, la contaminación y la necesidad de un aumento constante del PIB mundial y de cada país. Incremento “per capita” en un marco de aumento continuo de la población.
En esta entrada voy a hablar de los residuos.[2]

Residuos.

Durante el ciclo de vida de un producto se generan residuos en las operaciones para:


A los residuos así generados habrá que añadir aquellos materiales o componentes a los que no se pueda encontrar  utilidad cuando termine el ciclo de vida del producto.[3]
“De la cuna a la cuna”. Todos estos residuos tienen un costo.
Desde este punto de vista, el CO2  generado durante el ciclo de vida también debe considerarse un residuo. En la mayoría de los casos será un residuo no solo no aprovechable sino también perjudicial y su costo difícil de determinar. Repsol lo estima de 25$ por tonelada de CO2.
Si llamamos u al coste de todos los residuos generados durante el ciclo de vida del producto más el costo de los residuos no utilizables a fin de vida y v al valor de las materias primas y componentes obtenidos al fin de vida (punto 6), el rendimiento del ciclo, desde el punto de vista de los residuos, será,

r = v/u

La Economía Circular pretende que esta relación sea igual a uno.

La necesidad de la innovación

“La innovación es el elemento clave para lograr la transición hacia una Economía Circular. Serán necesarias nuevas tecnologías, procesos, servicios y modelos empresariales, así como el cambio integral en los patrones de comportamiento de los consumidores” (Cotec).
Hasta 1962 los residuos urbanos los recogían basureros autónomos (hoy diríamos “agentes ecológicos”) mediante carros y caballos. Los residuos eran las deyecciones del animal.


                  

En 1962 Barcelona tenía 1.626.000 habitantes. Hoy día 1.620.000.
Los mismos basureros seleccionaban los residuos. Los residuos orgánicos los dedicaban a la cría de animales o al abono. Los que tenían cierto valor los vendía a un trapero (hoy día diríamos “gestor de residuos”) que a su vez los comercializaba hasta lo posible. El resto iba al vertedero. Ser basurero o trapero era un medio de vida.
Los residuos de material plástico eran muy reducidos y no representaban un problema.

Muchos tipos de botellas de vidrio (agua, leche, vino, etc.) no se reciclaban; se reutilizaban. Al comprar el producto, el consumidor pagaba el precio de la botella que le era devuelto cuando entregaba el envase vacío. Cuando no los devolvía, los envases podían servir al consumidor para contener el aceite y otros productos líquidos que se compraban a granel en los “colmados” o “tiendas de ultramarinos” del barrio o para otros fines.
Los consumidores vendían al trapero (pasaba a domicilio) el papel y las botellas de cava. Éstas también se reutilizaban.
Como no había frigoríficos o no estaban al alcance de la gente[4], el ama de casa compraba algunos alimentos cada día (como la leche) otros, tres o cuatro veces por semana y otros (jabón, aceite, etc.) cuando eran necesarios. Excepto los productos tóxicos y peligrosos (como la lejía o el “salfuman”) y algunas excepciones de primeras marcas alimentarias todo se vendía “a granel” (la leche no siempre). Los envases los aportaba el consumidor o eran innecesarios (jabón en pastillas). El número de envases necesario en los comercios era muy reducido y, en todo caso, de papel. La incidencia de las marcas comerciales era muy sectorial. El aceite era simplemente aceite de oliva.
Por lo que hace a la reparación…bueno no había gran cosa que reparar.

En principio, para disminuir nuestros problemas con los residuos, bastaría actualizar lo que se hacía 60 años atrás. En aquel momento estábamos mucho más cerca de la Economía circular que ahora. No sería necesaria demasiada innovación si no fuera por los residuos plásticos. De hecho, hay iniciativas en ese sentido.

Situación actual.

Otra cosa es si eso es posible y hasta qué punto ya que,
·         Las “amas de casa”, en el sentido que tenían hace 60 años, empezaron a desaparecer a principios de los años 70. Su trabajo se externalizó en gran proporción. Ello implicó más envases, más transportes, más automóviles, más residuos.
·         Simultáneamente fueron apareciendo los hipermercados y se generalizaron las marcas comerciales con diferentes y casi infinitas variantes. Los envases, sobre todo de plástico, aunque también de cartón o mixtos, se fueron convirtiendo en la solución para resolver los nuevos problemas de transporte, almacenamiento, identificación de las marcas comerciales y garantía de calidad. Fue desapareciendo la venta “a granel”. Los frigoríficos –costaran lo que costaran- ya eran imprescindibles y empezaban a bajar de precio. El sueldo de la mujer incorporada al trabajo permitía su compra.
·         No recuerdo que hasta mediados de los años 90 hubiera ningún tipo de reciclado.
·         Además del vidrio, el papel y los metales siempre se han reciclado con procedimientos cada vez más eficientes. Que sus residuos sean o no un problema hoy día depende del civismo. El consumo de papel está disminuyendo desde los 176 kg por habitante-año de los años 90 hasta los 116 actuales.
·         El papel se puede reciclar 2-3 veces. Los metales 7-8 veces. El vidrio muchas más.
·         La tasa de reciclado de los residuos de papel, metales y vidrio ya es del orden del 80%. Hay que tener en cuenta que por diversas razones ni todo el papel ni todos los metales son reciclables. A veces, simplemente, porque ya han sido reciclados varias veces. No representan un problema y no los voy a considerar. Además se degradan “rápidamente”.
·         Si un 1,5-4% de la producción mundial de plástico va a parar al mar es porque alguien lo tira, al mar o a los ríos. Y eso es y será incontrolable y basado –otra vez- en el civismo.
·         En los 60, la economía circular era un medio de vida. Ahora es un proceso que se financia vía impuestos. No había que decirle a la gente que separara. Lo hacíamos porque se obtenía un dinero a cambio (muchas veces se entregaba a los niños que, si eran mayorcitos, se encargaban de las gestiones con el trapero). Numerosos, caros y voluminosos contenedores y carísimos y contaminantes camiones que circulan cuatro veces al día no eran necesarios. Solo cubos, carros y caballos. Ya he mencionado el proceso para la reutilización de los envases de vidrio.
·         La separación selectiva queda a la buena voluntad de los consumidores más cívicos que no reciben nada a cambio. El grado de separación es muy distinto entre países y comunidades del mismo país. La situación es aún peor si se trata de objetos que hay que llevar al “punto verde”. Desde siempre, la mayoría de la gente que hace algún tipo de esfuerzo se ha preguntado ¿qué gano yo con eso?
·         El consumidor intuye que, el hecho de colocar los materiales en uno u otro contenedor o en el “punto verde”, no significa que vayan a ser reciclados en modo favorable al medio ambiente. Es muy probable que acaben en un vertedero en algún país del otro lado del mundo. Y el problema es que la necesidad de respetar el medio ambiente es la más global que existe. Aunque en la UE llegáramos a reciclar el 100%, recordemos que solo somos el 5% de la población mundial.

El problema de los plásticos

La diferencia notable entre los años 60 y la actualidad es la presencia de los residuos de plástico, material eviterno[5].
El plástico no es un problema. Es una solución para el mundo actual. Se emplea para fabricar ropa, electrodomésticos, automóviles...casi cualquier producto.
Con los materiales plásticos se construyen productos mejores, más duraderos y mucho, mucho más baratos y bonitos que con cualquier otro material. Comparemos un camión de juguete hecho de material plástico con los de los años 50 del siglo XX hechos de piezas de hoja de lata unida mediante lengüetas y ojales.
En muchos casos (por ejemplo refrescos) los envases de plástico han sustituido a los de vidrio. Costo más bajo, menor peso a transportar, menos pérdidas por rotura, menor volumen, limpieza innecesaria.
Residuos de objetos de plástico se encuentran por todas partes, debido al incivismo. A mencionar los que se encuentran después de los botellones, las verbenas –y también las estancias- en las playas, los bosques, los conciertos multitudinarios, algunas acampadas de tipo político o social, etc. Residuos probablemente abandonados por las mismas gentes que participan en manifestaciones para la protección del Medio Ambiente.
La afirmación de Cotec para progresar en la economía circular: “Serán necesarias nuevas tecnologías, procesos, servicios y modelos empresariales” es como afirmar que “a alguien se le ocurrirá algo”. La UE está poniendo objetivos ambiciosos con la misma esperanza.
Hasta ahora, las acciones en curso tienen una incidencia muy limitada. No parece que el mercado vaya a solucionar el problema en todo el mundo y a la vez.

Reciclar

En principio, casi todos los plásticos son reciclables. La realidad es muy distinta ya que:
·         En la UE un 30% de los residuos del plástico va a parar al contenedor amarillo o al punto verde. La mayoría de este 30% se envía a otros países. Un 40% del total se incinera y un 30% va al vertedero.
·         No he visto cifras claras en cuanto al plástico que es reciclado. El 9% es la cifra que parece más próxima a la realidad. Ello se debe, en parte, al bajo valor del material obtenido, al coste de obtenerlo y a la posibilidad de aprovecharlo. Se necesita mucha energía y maquinaria especializada (=> Inversiones a amortizar).
·         Cuando diferentes tipos de plásticos (como polietileno y polipropileno, los más usados) se funden conjuntamente, el material resultante es de muy baja calidad. Por esta razón, antes de reciclarlos los plásticos se separan por composición y colores (actualmente no más de tres colores). Los aditivos (colorantes, productos anti UV, retardantes de llama, rellenos, etc) que, en casi todos los casos, es necesario añadir al polímero para obtener un plástico de la calidad deseada para la fabricación de productos, son un factor imposible de detectar y reducen las posibilidades de reciclado.
·         Una vez seleccionados, la posibilidad de reciclarlos es más alta. Pueden ser fundidos de nuevo y servir para fabricar productos nuevos (2-3 veces) mezclarlos con plástico virgen o incluso utilizarlos como relleno de éste para ciertas aplicaciones. Habrá que tener en cuenta que si mezclamos en el contenedor botellas de diversas generaciones de reciclado podemos tener sorpresas. La calidad disminuye con cada reciclado.
·         El mercado de plástico como materia prima para fabricación, con beneficio, de nuevos productos es muy reducido. En la UE la demanda de plástico reciclado es solo un 6% de la demanda total. Una vez preparados, no todos los plásticos pueden ser remoldeados para construir el mismo tipo de objetos. Las fábricas de productos de material plástico ya añaden al material virgen toda la cantidad posible de material procedente de productos defectuosos, en una proporción que no comprometa la calidad del producto final.. 
·         Si reciclamos y utilizamos el material obtenido para construir objetos que hoy día no se fabrican de material plástico (p.ej. ladrillos) la situación general mejora pero seguiremos necesitando la misma cantidad de plástico virgen.
·         Los plásticos “biodegradables”, al mezclarlos con los demás en el mismo contenedor, pueden incluso perjudicar el reciclado. De no estar claramente identificados, separados y tratados podrían agravar la “fuga” de plásticos y crear problemas en el reciclado mecánico. Además solo se degradan en condiciones específicas.

Reutilizar

·         En el RU se ha ensayado la posibilidad del reutilizado, como hemos visto se hacía en los años 60 con los envases de vidrio. La limpieza y la logística son problemas importantes. Debería llevarse a cabo en todos los centros comerciales  a la vez y con todas las marcas. 
  •            Muchas veces, en sucesivas generaciones de electrodomésticos (pensemos en los refrigeradores) no serían necesarios cambios estéticos. Podrían comercializarse sin las piezas amovibles de plástico o vendiendo éstas aparte, siempre y cuando no hubiera repercusiones funcionales. De este modo el consumidor podría utilizar, vender o comprar tales componentes.  En el límite podría obligarse a todas las marcas a utilizar piezas intercambiables. Quedaría eliminado un argumento de Marketing.
  •          Hace 50 años, los neumáticos se solían “recauchutar” hasta dos veces, lo que doblaba o triplicaba su duración. Hoy día esta técnica ha caído en desuso y habría que recuperarla. También los neumáticos de segunda mano deben tener su mercado.
Un caso de éxito ha sido la reducción del número de bolsas para la compra y el reutilizado de las mismas.

Reparar

  •          Por el momento el mercado de segunda mano es residual. La diferencia entre un producto nuevo y uno de segunda mano, no obsoleto, muchas veces no supera el 20%. Para productos del orden de 500€ el consumidor prefiere pagar 500€ por un producto que le durará más de 10 años sin averías que 400€ por un producto que no sabe lo que le durará y para el que quizás no encuentre recambios en un futuro. 
  •         Casi  todos los aparatos son reparables.Hace más de 20 años que los fabricantes investigan en cómo diseñar y fabricar aparatos más fácilmente reparables y reutilizables. Por el momento resultan más caros y no parece que el consumidor prefiera pagar un precio inmediato más alto para tener un aparato reparable en un futuro, cuando quizás ya sea funcionalmente obsoleto. Los ingenieros pensamos que es mejor diseñar aparatos que en diez años –o los que puedan determinar las disposiciones legales- no necesiten reparación.
  •          Muy probablemente cuando el consumidor dice que prefiere reparar el producto a sustituirlo por uno nuevo da por sentado que la reparación tendrá un costo muy inferior al producto nuevo, el nuevo modelo no le dará más satisfacción que el reparado y éste no quedará obsoleto en pocos años. No suele ser el caso.

Reducir

·         Un modo de reducir es volver a la compra “a granel”. En este caso, el consumidor aporta sus envases que puede llenar en los contenedores del vendedor. Las dificultades son diferenciar entre las marcas, la garantía de calidad y el hecho de que el consumidor hace un esfuerzo sin obtener nada a cambio. Sería necesario cambiar el concepto del centro comercial que existe actualmente, cambiar las costumbres del consumidor y que éste aceptara la nueva situación[6] mucho más incómoda. Y todos los centros comerciales al mismo tiempo. De nuevo el problema de la necesidad de un alto civismo global. En algunas ciudades existen comercios monomarca que trabajan de esta manera.
·         En perfumería este tipo de reducción no es posible. Si lo sería hasta cierto punto, en farmacia; la farmacia tendría los productos en envases de gran tamaño y los suministraría al enfermo que aportaría su envase. ¡Es un cambio de costumbres revolucionario!
·         En la fabricación de productos, por ejemplo electrodomésticos, los diseñadores ya cuidan de reducir los componentes a un mínimo, empujados por la competencia y con la ayuda de las técnicas del Análisis del Valor.
·         Otro modo de reducir es sustituir, en lo posible los envases de plástico por cartón o papel.
·         Desde luego, como veremos al hablar de la energía, el mejor modo de reducir  es disminuir las compras de objetos o productos no imprescindibles o, al menos, no necesarios[7][8]. Otra vez nos dirigimos a la buena voluntad de los individuos, perjudicando a los más cívicos. Una acción de este tipo también tendría daños colaterales en forma de contracción de la economía.

Conclusiones

·         El papel, los metales y el vidrio no representan un grave problema. El problema son los plásticos. El civismo es imprescindible. Si los objetos de plástico van a los ríos o al mar, no es culpa de los plásticos sino de quien los tira.
·        El ritmo de degradación total de los plásticos es mucho más lento que el de  producción. Aunque reciclemos, reduzcamos y reutilicemos, la cantidad de residuos de objetos de material plástico seguirá aumentando en un mundo de 7.500 M de personas en crecimiento y con un PIB cada vez más alto.
·         Aunque el reciclado y el reutilizado pueden disminuir la cantidad necesaria de plástico “virgen” y de otros materiales, todo el que se produzca ira al vertedero antes o después.
·         Es muy dudoso que este mundo pudiera adaptarse sin problemas a las consecuencias de una reducción brutal de los plásticos. Al aparecer los primeros materiales plásticos en el mundo había poco más de 2.100M de personas, la mayoría sumidos en la miseria o el hambre. En gran parte la gran mejora de esta situación se debe a los plásticos.
·         No podemos fingir que el plástico no se ha inventado, la población no ha aumentado desde los 2.100 hasta los 7.500M, nos conformamos con el estilo de vida y el bienestar de los años 30 del siglo XX y el grado de civismo es importante. No podemos volver allí desde aquí.
·         Pero,
·         “Dadas la voluntad de poder, el fanatismo y la determinación suficientes, así como una favorable combinación de circunstancias, es posible alterarlo casi todo, como demostraron Hitler, Lenin, Stalin y otros” (I. Berlin). Este enfoque es incompatible con la democracia y tiene serios daños colaterales. Habrá que elegir y eso es un problema político.
·         Habrá que regular, además de reutilizar, reparar, reciclar y reducir. Y regular mucho. La UE lo está haciendo. Se insiste mucho en lo que se debe hacer, esperando que alguien lo haga. Una “solución” brutal sería que la ONU prohibiera la fabricación de plásticos, más allá de una cierta cantidad por país. Tendría muchos e importantes daños colaterales, empezando por el mercado negro. Eso ya se vivió en la España de los años 40 cuando escaseaban las materias primas. Y, al final los residuos irán a parar siempre al vertedero.
·         Reciclar, reutilizar, reparar y reducir solo son paliativos que alejan el problema sin solucionarlo. Puede que no tenga solución, al menos en el escenario actual.

En mi próxima entrada abordaré el tema de la energía.



[1] “Es imposible construir un motor que, funcionando según un ciclo, no produzca otro efecto que extraer calor de un foco y realizar una cantidad equivalente de trabajo”.
[2] Material que queda como inservible después de haber realizado un trabajo u operación.
[3]  Desde el punto de vista del Medio ambiente se considera el ciclo completo del producto. Teniendo en cuenta las etapas de extracción y procesado de materias primeras, producción, transporte y distribución, uso, reutilización y mantenimiento, reciclado y disposición final. No solo el ciclo de vida como concepto comercial que considera solo el tiempo que el producto permanece en el mercado.
[4] Un frigorífico de menos de 100 litros con departamento de -12 grados costaba 1000 € de 2018. Hoy cuestan menos de 200€. Un “buen sueldo” eran 700€, siempre de 2018.
[5] Dícese de todo lo que tiene principio y no tiene fin, como los ángeles.
[6] “…el cambio integral en los patrones de comportamiento de los consumidores”
[7] Por ejemplo, juguetes.
[8] Si se compra un producto de calidad y se mantiene adecuadamente puede durar “toda la vida”.

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